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Cómo crear tu propia realidad

Solemos echarla la culpa al gobierno, a nuestros padres, pareja, jefe, y a una lista innumerable de excusas para hacernos creer a nosotros mismos que no conseguimos lo que queremos por culpa de otros. Por un lado, es imprescindible comprender, que lo que vemos afuera es un reflejo de lo que tenemos adentro. No vamos a poder ver un mundo hermoso y bondadoso si pensamos que la vida es una porquería. Y, por el otro, que son nuestros pensamientos los que crean la realidad. Si pensás que nunca vas a alcanzar tus sueños, tenés razón.

Todas las barreras están dentro de ti.

Es importante hacer un autoanálisis para ver cuáles son esas creencias limitantes que te alejan de tu objetivo y salir del lugar de víctima. Tomar el toro por las astas e ir hacia tu deseo cueste lo que cueste. No desde un lugar obsesivo o irracional, pero sí, en sintonía con lo que el alma te pide. Todos sabemos muy bien cuáles son las verdaderas necesidades de nuestro yo y de nuestro ser superior. Lo que pasa es que, o no lo creemos posible, o le tenemos miedo al éxito. Qué pasaría si llegara a mi meta? Me quedaría vacía? Cómo hago para vivir sin ansiedad, sin miedo, sin apego? Para algunos puede ser algo impensable. Pero, cuál es el costo de permanecer en la insatisfacción?

La mejor manera de garantizar tu fracaso es no tomar riesgos.

Ilusoriamente pensamos que si dejamos todo como está vamos a poder tener el control. La famosa frase “mejor malo conocido que bueno por conocer”. Pero es en sí una falacia. Nunca vamos a poder tener el control de nada. Hoy tenés un amigo y mañana, no. Hoy tenés un trabajo y mañana, no y así podría enumerarte miles de situaciones en la vida que vos mismo has experimentado en carne propia pero aún así, seguís pensando que si no te movés, que si te quedás quietito, nada va a cambiar. Imposible. No hay ningún antídoto para el cambio que se haya inventado hasta la fecha. Ir al ritmo de la vida  y adaptarse a las circunstancias es inteligencia emocional. Dejar de pelear y enojarnos porque las cosas no son como queremos.

Si querés romper el cascarón y ser feliz, tenés que salir de la zona de confort.

No queda otra. Pero eso es lo lindo. El tomar la vida como un juego. No tan en serio. Nos volvemos serios y miedosos y nos olvidamos de conectar con la Fuente y danzar al ritmo del Universo. Cambiando un pensamiento, podés cambiar tu vida. Es tan simple como eso. Escuchá qué te dice tu cuerpo. Si quiere montaña, mar, silencio, naturaleza. Cuáles son esas añoranzas que creés inalcanzables. Conectá con tu deseo aunque pienses que es algo reloco. Tal vez puede ser ir hasta Alaska en moto, ir de mochilero a Europa, instalarte en un ashram en India. La vida es tan rica y tiene tanto para darte. Por qué tomar un vasito de agua si podés tomar el océano entero.

Abrí tu cabeza y tu corazón y dejá de quejarte. Usá esa energía para generar los cambios que necesitás en tu vida. No vale la pena estar lamentándose todo el tiempo por lo que no fue o por lo que no tengo.

Es hora de vivir la vida al máximo, con todas tus potencialidades y ser la mejor versión de vos mismo.

Marcela Sejas